El origen del aceite

El aceite es un alimento que se usa en millones de viviendas en la actualidad, pero ¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene? ¿Cuál es su origen? Hace cientos de años no tenía la misma utilidad que hoy en día; fueron los templos religiosos quienes lo utilizaron a modo de iluminación para sus templos. Retrocedamos aún más… 

Según diferentes informes, las primeras plantaciones están datadas en el V milenio a.C., en un área inmensa que ocupa desde Siria hasta Canaán. Fue entonces cuando se piensa que empezó a utilizarse en la agricultura. Sin embargo, en el Paleolítico Superior ya se utilizaban estos árboles, hace más de 14.000 años. 

Origen de la producción de aceite

La zona del mediterráneo que alberga Siria, Palestina, Líbano e Israel es el origen de la producción de aceite, gracias a sus aceitunas silvestres. Sobre el año 2000 a.C. los egipcios iniciaron su cultivo, aunque su destino estaba dirigido a objetivos cosméticos. Según sus escrituras, Isis fue la encargada de enseñarles todo lo que había que saber sobre su cultivo, teniendo así grandes producciones y comercializando el sobrante, extendiéndose al resto del mediterráneo, donde se consumía acompañado de vino y pan. 

A mediados del II milenio, durante la conquista de Creta, llegó también al país griego. Sus ciudadanos lo producían y utilizaban en distintos rituales, teniendo un gran papel en toda su cultura. Los propios gimnastas lo utilizaban a modo de ungüento, mezclado con cenizas. Durante el siglo VII a.C, fueron los mismos griegos quienes expandieron la producción de aceite a Italia y los fenicios, a su vez, a todas las costas de Andalucía, siendo esta una de las zonas más importantes en la producción del conocido “oro líquido”

Ya en Roma, todo el imperio hacía uso del aceite, terminándose así de expandir por todo el viejo mundo. Empezaba así a desarrollarse el comercio a gran escala, donde Tripolitania, Andalucía y Francia eran los grandes centros de producción durante toda la existencia de la conquista romana. 

Podemos así decir que, el dominio de la parte sur de nuestro país del aceite y de su producción a nivel mundial, es gracias a que hace miles de años unas pocas personas decidieron comerciar con él, y por los asentamientos romanos que existían en España. 

Prueba de todo esto es que, en la antigua Roma, la colina del Testaccio está formada por millones de restos de ánforas, donde se cargaba el aceite, de todas ellas, al menos el 90 % tienen origen Baético. Las más antiguas son del siglo III. Según la propia tradición romana, en esta colina se arrojaban ánforas como tributo a todas las conquistas del gran imperio, siendo así un signo de poder y una balanza económica al mismo tiempo. 

El valle del Guadalquivir era muy apreciado, debido a que era el centro de producción de aceite de oliva, otorgando gran peso a la economía romana, a la vez que hacía subsistir a miles de personas que apenas tenían con qué comer. 

No se sabe con exactitud el origen del aceite, lo que sí que es seguro, es que es un alimento que ha ayudado mucho, tanto en la antigüedad, como en la época actual.

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