El chicle ha sido una de las golosinas más famosas en muchas partes del mundo. Básicamente es una goma masticable de sabor dulce, a la cual se le pueden añadir diferentes sabores. Su consumo no se limita sólo a la población infantil, sino también a los jóvenes y adultos, puesto que es económico, dura un tiempo considerable en la boca, refresca el aliento y es capaz de bajar los niveles de ansiedad al masticar constantemente. Aprende más sobre el origen y la evolución de esta golosina que, a pesar de su antigüedad, aún sigue vigente.
Desde hace miles de años los humanos mascaban “chicle”
Antiguamente, en distintas regiones de Egipto y Grecia, la raza humana obtenía y mascaba la resina de diferentes árboles y plantas con propiedades curativas. Posteriormente, en el país mexicano, los mayas solían recolectar la savia del chicozapote, una planta endémica, la cual era secada y luego consumida como una goma, ideal para limpiar los dientes y para disfrazar el hambre en los rituales de ayuno.
El término “chicle”
Los mayas llamaron a esta goma masticable “sicte” que significa fluido vital y que comenzaron a intercambiarla con los pueblos aledaños. Con el tiempo, los aztecas denominaron a este producto “tzictli” que significa pegar, y así llega a España cuya traducción es chicle.
Los primeros chicles en comercializarse fueron los de la marca Adams, cuyo origen proviene de la ciudad de México a finales del siglo XIX. Se cree que el expresidente de México, Antonio López fue a EE.UU durante su exilio y le presentó a Thomas Adams la resina de Zapotillo, un árbol típico de Centroamérica. Adams inicialmente estaba en busca de una sustancia que pudiera servir como repuesto para el caucho. La resina no funcionó como un sustituto para este material pero sí como goma de mascar.
Una vez que chicles Adams estaba en su máximo apogeo, un comerciante de Kentucky que vendía una resina dulce como una golosina, en 1879, se enteró de la utilización de la resina mexicana por la empresa Adams. Después mandó que se compraran una gran cantidad de la misma para combinarla con su receta, originándose así la primera competencia de Adams: la Colgan.
El primer chicle de menta
Un año después de la invención de la Colgan, a un vendedor de cotufas de Ohio se le ocurrió mezclar el jarabe de maíz con el chicle, dando origen al primer chicle de menta. De esta manera el chicle comenzó a hacerse popular en América e Inglaterra.
Además, también pasó a ser consumido por los soldados durante la Segunda Guerra Mundial, ya que se trataba de un producto agradable de masticar. Los soldados lo consumían debido a que liberaba las tensiones del cuello y de la cabeza que producían los enfrentamientos y además, les ayudaba a enmascarar el hambre. Así fue como el chicle terminó por expandirse a nivel mundial. Hoy en día los realizan utilizando diferentes materias primas y los endulzan con distintas sustancias, creando chicles de distintos sabores, como fresa, naranja, etc.
