¿Quién de nosotros no ha oído hablar del telescopio? Al respecto, se puede decir que este maravilloso invento, gracias a su potente lente, cambió la forma de ver el mundo, la ciencia y la religión. De hecho, se ampliaron horizontes al permitir ver el espacio como nunca antes había podido ser visto. Este instrumento desde entonces ha permitido observar de forma más cercana y detallada ciertos lugares y aspectos del planeta: estrellas lejanas, otros planetas, satélites, astros, etc. Todo visto de forma aumentada más de mil millones de veces.
¿Dónde, cuándo y cómo tuvo su origen el telescopio?
El origen del telescopio, según la información histórica que se tiene hasta el momento, es que fue realizado por el fabricante de lentes llamado Lippershey en Holanda, a comienzos del Siglo XVII.
Una de las historias relacionadas con el descubrimiento del telescopio dice que todo tuvo lugar en el taller de Lippershey, donde jugaban sus hijos. Se cree que estos al encontrarse en el taller de su padre jugando con un par de lentes se percataron que al realizar algunas combinaciones entre las lentes, se producía un hecho sin precedentes, donde el tamaño de los objetos lejanos se agrandaba.
Según cuenta la historia, que posteriormente dio lugar a los hechos ocurridos tras el descubrimiento, surgieron una serie de demostraciones por parte de Lippershey, que fueron presenciadas por un amigo de Galileo, quien al volver a Italia le informó de lo que había visto en las demostraciones. Después de esta información circunstancial, Galileo empezó a buscar la forma de alcanzar el mismo efecto logrado en las demostraciones Lippershey.
En este sentido, Galileo Inició sus experimentos solicitando el préstamo de unas lentes a un amigo. Este amigo era un fabricante de anteojos. Después de varios intentos, en un corto lapso de tiempo, Galileo reprodujo el fenómeno correspondiente a la amplificación de objetos lejanos, pasando posteriormente al estudio del firmamento.
En su primer instrumento para montar las lentes Galileo utilizó un tubo de órgano. Se estrenó entonces el primer telescopio el día 6 de enero de 1610, pudiendo observar la luna, las estrellas y Júpiter. Este hombre fue el primero que pudo observar con su telescopio los cráteres de la luna y muchas estrellas nunca vistas, marcando el nacimiento de la astronomía moderna.
Pero el invento no se quedó ahí, ya que Galileo tuvo la idea de construir una gran cantidad de telescopios similares, los cuales contenían una lente objetivo convexa, que medía alrededor de tres centímetros de diámetro; Tenía también una lente cóncava y más pequeña, denominada ocular, por tener la característica de estar más cerca del ojo del observador. Este modelo de telescopio, conformado por distintas lentes, se denomina refractor.
Después, el alemán Johannes Kepler, trató de mejorar el instrumento de Galileo, utilizando como ocular una lente convexa, aumentando con esta lente de forma considerable el campo del telescopio, aunque con la contrariedad de que invertía la imagen aumentada.
Después de Kepler siguieron muchos investigadores e inventores de nuevos modelos de telescopio, hasta tal punto que actualmente, existen diferentes clases de telescopios reflectores (los espejos reflejan la luz que incide sobre ellos), así como optófilos, los cuales sintetizan en sí la mayoría de los descubrimientos y estudios realizados a lo largo de más de 400 años de existencia de estos instrumentos.