Hablar de vides y viñedos es trasladar nuestros pensamientos a las civilizaciones griega y romana, aunque ya estas culturas lo llevaban a orígenes prehistóricos.
Mesopotamia y Egipto son sinónimos de los primeros viñedos documentados, tal que incluso existen listados de los nombres con los que fueron bautizados los vinos por aquella época.
Cabe señalar además la estrecha relación de éste con la religión, pues existe documentación que lo sitúa como un imprescindible de rituales y celebraciones religiosas.
Pero no solo de actos religiosos se alimenta la historia de este jugo procedente de la vid, sino también de artistas, poetas e historiadores de la época que han dejado constancia mediante su legado.
¿Cual es el origen del vino en España?
Con respecto a cómo llegó a la Península Ibérica, aunque no es posible afirmarlo de manera concienzuda, si es verdad que en Huelva y Carmona existen hallazgos del siglo VII a.c.
Pero los años de oro vinícolas llegaron de la mano de los siglos XVII y XVIII, dándole un significado más refinado y elegante al mismo, dejando un poco a un lado esa asociación con las bacanales y el ambiente siempre festivo que a todos nos viene a la mente al evocar pasajes de la Antigua Grecia.
Es en esta época cuando ganan prestigio los vinos franceses, sobre todo aquellos procedentes de la región de Burdeos, quien comerciaba con otros países a cambio de productos como el café. Es importante, por tanto, destacar el papel relevante del vino como vehículo del comercio entre países, algo que todavía a la fecha se sigue dando con las exportaciones.
De todo lo expuesto anteriormente, se puede deducir al respecto que no hay una certeza exacta de la época en la que el vino comenzó a producirse como tal, pero sí es cierto que la uva en sí misma ha servido de alimento a millones de personas desde hace millones de años a lo largo y ancho de nuestra geografía.
Desde este artículo queremos acercar a la gente al vino como cultura, pues se ha convertido en un compañero inseparable de actos y celebraciones varias, así como de reuniones familiares.
Pero no de fiestas es únicamente partícipe este líquido de dioses, ya que se trata de un producto del que muchas personas desconocen sus propiedades beneficiosas.
De hecho, a partir de diversos estudios realizados se ha determinado que su uso moderado, por ejemplo un vaso como acompañante en comidas y cenas, proporciona beneficios tales como combatir la producción del llamado colesterol malo, reduce la posibilidad de aparición de piedras renales o prevenir enfermedades como la demencia entre otras muchas cosas.
Siempre disfrutado con moderación, cabe rendirse a un brindis con una copa de vino, de los que encontrarás diferentes y deliciosos sabores y aromas en el mercado.