El primer registro de una patente de una máquina de escribir se presentó en 1714 en Gran Bretaña por Henry Mill. Realmente la patente hablaba de un aparato para imprimir y transcribir letras de manera individual, no contiene ninguna descripción del aparato pero aun así se ha considerado como la primera propuesta de una máquina de escribir.
La siguiente patente fue concedida al inventor estadounidense William Austin Burt en 1829 quien creó una máquina con caracteres colocados en una rueda semicircular que giraba hasta el carácter deseado y luego se oprimía contra un papel, el problema de esta máquina era que la velocidad de escritura era inferior a la conseguida con la escritura manual.
La primera patente de una máquina moderna en el que cada letra era accionada por una palanca separada fue registrada en Marsella por Xavier Progin en 1833 quien patentó una máquina a la que llamó “Plume Typographique”, según su descripción se trataba de una máquina destinada tanto a escribir como imprimir y a la formación de planchas estereotipas y de música. Entre 1829 y 1870 se patentaron en Europa y América muchas máquinas de imprimir o escribir, pero ninguna de ellas llegó a comercializarse.
Charles Thurber un inventor y fabricante de armas de fuego inventó y fabricó en 1843 la primera máquina de escribir práctica que usaba un rodillo cilíndrico. La parte impresora de esta máquina era un anillo de metal que giraba en sentido horizontal sobre el rodillo que estaba provisto de una serie de teclas o pistones con piezas de caracteres en su parte inferior. La máquina funcionaba girando la rueda hasta que la letra adecuada se centraba sobre la posición de impresión y luego se oprimía la tecla. El funcionamiento no era demasiado rápido y hasta el propio Thurber la calificó como lenta y tosca, por lo cual nunca se llegó a comercializar.
Otros prototipos de máquinas de escribir fueron presentadas en 1855 por el italiano Giuseppe Ravizza, que diseñó una máquina que permitía al usuario ver lo que escribía mientras tecleaba, y en 1861 por el sacerdote brasileño Francisco João de Azevedo quien fabricó también su propia máquina de escribir con materiales básicos como madera y cuchillos.
El primer modelo de máquina de escribir industrial
El primer modelo industrial de máquina de escribir fue fabricado en 1873 por Remington. La máquina estaba montada sobre una máquina de coser estándar. El problema de estas máquinas era que solo escribían en mayúsculas y la escritura permanecía oculta para el escribiente. Además la máquina era de un tamaño enorme y su costo era demasiado elevado.
Es hacia 1920 cuando la máquina de escribir se estandariza y todas las máquinas presentan un funcionamiento similar. Cada tecla va unida a un martillo con un carácter impreso en relieve en el otro extremo que cuando se presiona una tecla golpea una cinta de tela entintada. El papel se enrolla en un cilindro que rota al accionar una palanca al alcanzar el finar de línea.
El último gran desarrollo de la máquina de escribir fue la máquina electrónica, que reemplazaba el mecanismo de martillos por un sistema de margarita, un disco de plástico con letras moldeadas. Algunas máquinas incluso incorporaban procesadores de texto con una memoria interna y dispositivos de almacenamiento.