Hay cientos de páginas web en las que se analiza el significado de los nombres, pero, ¿sabes cuál es el origen de los nombres?, ¿de dónde procede tu nombre y el de tus familiares más cercanos? Te lo contamos.
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¿Cuál es el origen de los nombres?
Si atendemos a la Biblia podemos asegurar que el primer nombre del ser humano fue Adán, cuyo significado es “humanidad”. Y es que, según se explica, las primeras culturas colocaban los nombres de sus bebés en función de lo que decía el padre la primera vez que les veía.
Podemos establecer que ese es el origen de los nombres, pero ha ido evolucionando a lo largo de la historia.
El pueblo romano optó por utilizar números para poner nombres a sus hijos y los cristianos comenzaron a utilizar nombres que aparecían en la Biblia e incluso nombres que aludían a ciertas virtudes morales. De hecho, con el cristianismo surgió el acto de celebración que servía para conmemorar e imponer los nombres de los hijos: el bautizo.
El pueblo celta prefería utilizar nombres que estuvieran relacionados con los méritos en guerra. Y no fueron los únicos porque esta costumbre se extendió durante todo el siglo V a través de los países europeos que, precisamente, experimentaron las invasiones bárbaras de celtas y germánicos.
Más tarde, ya en el siglo XVI, el Concilio de Trento y la Iglesia católica establecieron la necesidad y la costumbre de utilizar nombres de santos. Esto supuso la extinción de muchos de los nombres propios que se habían utilizado hasta entonces, sobre todo los nombres de origen hebreo.
¿Y cómo se diferenciaban las personas con el mismo nombre?
Pues podemos decir que con los primeros apellidos que tenían que ver con el lugar en el que vivía cada uno (apellidos toponímicos). Por ejemplo, Juan de la Fuente.
Así, y con la inclusión de terminaciones con diferentes significados se fue ampliando la lista de nombres propios y apellidos.
Ahora ya sabes cuál es el origen de los nombres propios. ¿Qué te parece la historia?
